Templanza en medio del caos ~ Libre

por **Hellen Windsor** Mar Jun 21, 2011 1:11 am

La templanza significa sobriedad, es la virtud por la cual damos cuenta de cuáles son nuestras necesidades reales y cuáles son imaginarias y producto de los deseos inagotables y son por tanto perjudiciales o las que nacen de la necesidad personal y son consideradas egoístas. Desde la sobriedad se manejan de manera adecuada los recursos, evitando tanto los excesos como las carencias. La templanza es la virtud que permite dominar racionalmente. Existe en el ser una rebelión de los diferentes egos contra el dominio del propio espíritu, contra el vivir consciente y el obrar adecuado. Sin la templanza, el instinto de la propia afirmación que hay en el ser humano rebasaría todas las fronteras y anegaría todo cuanto encontrase en su marcha. Se perdería la orientación y el raudal de energías jamás encontraría el mar de la perfección en que deben desembocar. La templanza no es el caudal, sino la madre del río que canaliza sus ímpetus y su velocidad y abre el paso preciso. Sin la templanza, el instinto de la propia afirmación que hay en el ser humano rebasaría todas las fronteras y anegaría todo cuanto encontrase en su marcha. La templanza es el origen y la condición de toda verdadera valentía.

Hellen Windsor sabia todo esto y se encontraba repitiendoselo mentalmente como un mantra al cual se estaba aferrando desde que al momento de sentir los cimientos del edificio de Dantes en Regent Street sacudiéndose lo primero que había acudido a su mente era la imagen de Pether. No era momento para el egoísmo banal por mas que su alma pidiera saber de su hermano, el deber se anteponía en esa ocasión, el joven Windsor estaba a salvo, su lado racional se lo decía por que Pether había salido del país, no se encontraba en Londres. Tomó el bolso sacando el celular de él, se colocó la Gabardina y descendió por las escaleras ignorando la llamada de los Agentes de Seguridad del edificio pidiéndolo que no lo abandonará. Fuera el caos la golpeo, la gente corría o se apresuraba despavorida como siempre que la tragedia y la catástrofe se combinaban. El daño era mucho pero no estaban tumbados, eso nunca. De pie en medio de la calle con el semblante calmo ofrecía la imagen de la resistencia, la ecuanimidad, por algo era Hellen Windsor la Guardián Templanza de la Corona.

Había mucho que hacer y nada de tiempo que perder, disco números en el celular, antes que nada la ayuda tenía que ser asegurada, las donaciones iban a llegar y los Windsor serían de los primeros en acudir. El deber y el estoicismo ante todo. Permaneció en medio de la calle, como si se tratará de un improvisado centro de coordinación de ayuda atenta a cualquiera que se acercará por esta

por **Katherine Elizabeth York** Mar Jun 21, 2011 6:41 pm

Caí nuevamente al piso, esta vez no se debía a la debilidad de mis piernas o al dolor que me embargaba, no eran los nervios traicionándome y no era el shock de ver mi amada ciudad siendo pisoteada de esa manera, no, mi caída se debía a mi torpeza, al entumecimiento de mis miembros, a la pérdida de sangre.

Intente asirme de algo, que mis dedos lograran agarrarse de lo que fuera con tal de evitar mi caída, pero no había nada, solo el ensordecedor caos al que de pronto estaba siendo empujada y del cual no podía escapar, por lo menos no en mi condición, no con la conciencia de que estaba demasiado vulnerable, no con la ansiedad de no poder ver a mi familia, el desasosiego de no verlos nuevamente.

Marque el numero de Armand, la línea simplemente no respondía, seguramente en este instantes todas las madres de Inglaterra querrían llamar a sus hijos, a sus esposos, a sus seres queridos, no era la única que estaba con el alma en vilo por querer escuchar aun que sea una sola vez la voz de lo que mas querían. Intente ponerme de pie una vez más, camine casi a ciegas, alce los ojos, el edificio me resultaba conocido, muchos de los ventanales estaban estrellados, el logotipo de Dantes aun se podía leer en la fachada. A punto de perder la conciencia alcance a murmurar.

-Hellen

por **Hellen Windsor** Miér Jun 22, 2011 12:52 am

Las personas seguían pasando, las ambulancias resonaban, era todo un caos. Pero dentro de todo caos el orden debía ser impuesto para comenzar a contrarrestarlo de la misma manera en que los rayos del sol se van haciendo paso entre la densa niebla para hacer llegar el amanecer. En la explanada que dominaba el edificio de Dantes y por la orden de Hellen se podía ver instaladas un par de carpas en donde paramédicos atendía a algunos heridos en medio de quejidos y repiqueteos de celulares. Mas y mas camiones de bomberos seguían pasando por la calle con dirección al Royal Palace

El sonido de su nombre siendo pronunciado de manera leve en un tono esforzado a hizo girar, estaba segura de que no haber conocido el tono lo hubiera pasado por alto en medio de tanto ruido. Volteó a ver y sus ojos se abrieron un poco con ligera sorpresa al percatarse de quien era la persona que pronunció su nombre. Se apresuro a abrirse paso hacia donde se encontraba, un par de metros lejos de ella pegada a una de las paredes del edificio lateral a Dantes Lady Katherine se arrodillo para ponerse ante ella, la sangre manchaba la tela de su blusa dejando una informe masa carmín. Hellen volteo y llamo a uno de los guardias que se hallaba cerca de ahí.

El hombre cargo a Katherine York siguiendo a Hellen quien lo guió por entre el laberinto de personas hasta el lobby del edificio de Dantes Ve por un paramédico, Edward, apresúrate por favor volcó su atención de nueva cuenta en madame York y sacando un pañuelo de la bolsa de la gabardina lo presiono contra la herida en la frente ¿Qué fue lo que ocurrió?

por **Katherine Elizabeth York** Miér Jun 22, 2011 8:10 am

-Hellen...- volví a murmurar con la lengua pastosa y los sentidos embotados, veía su rostro sobre el mío, su genuina cara de preocupación pero sin duda la calma que gobernaba sus miembros, tan joven, y ella podía hacer lo que yo no, conservar la calma. Pero... mi corazón no dejaba de doler por aquellos a lo que aun no veía, mis hijos, mi esposo, las lágrimas volvían a mis ojos, mi garganta se cerraba queriendo emitir un sonido más allá de la cordura. Pase salvia con dificultad, me mordí los labios e intente pensar con claridad.

-Estaba en KC, estaba haciendo una lista de provisiones que mandaremos en poco, Elizabeth quedo que pasaría por mí para ir a comer, pero entonces...- la voz se me ahogo desgarrada por la ansiedad y el miedo.- la primero explosión, pensé que solo era un temblor, algo menor, ni siquiera quise salir a verlo, pero entonces siguieron las demás, no dude y subí al auto...-la mandíbula me temblaba,- lo que vi, lo que mire, Ho Dios mío!, Hellen! Mi Dios!...

por **Hellen Windsor** Miér Jun 22, 2011 5:40 pm

Si, soy Hellen, está a salvo ahora contesto con voz suave la joven Windsor, saltaba a la vista que la persona frente a ella había sufrido un shock, ¿qué habitante de Londres no se encontraba ligeramente shockeado en ese momento? La única clase de gente que se le venía a la mente a Hellen al preguntarse eso no era ni por cerca ciudadanos modelos, no hablemos de buenos seres humanos. Las lagrimas fluían por el rostro de Lady Katherine, preocupada seguramente por su familia, quiso decirle algo para tranquilizarla pero ¿qué? Hellen no podía mentirle, no le constaba que estuvieran bien.

Hellen suspiro, finalmente había explotado, la tomo de rostro sin importarle que la piel de sus manos se tiñera en carmín Lo sé, lo sé. Esto parece salido de pesadillas, pero debe calmarse mi Lady, todo irá bien por suerte en ese momento el paramédico llego, la ausculto, fuera del corte profundo en la frente y un par de hematomas en formación no tenía nada grave. Hellen la tomó de la mano mientras le suturaban la herida Estoy segura de que Elizabeth esta bien afirmó con seguridad Pero puedo mandar a alguien a recorre el área cercana a KC con ordenes de buscarla si hace que se quede mas tranquila

por **Katherine Elizabeth York** Jue Jun 23, 2011 9:24 pm

-No- implore con lo poco que me quedaba de voz.- Elizabeth estaba en el palacio.- murmure intentando mantener el terror a raya. Ella estaba en la cámara de comunes, estaba en sesión extraordinaria...a- termine con la voz estrangulada. Mis manos buscaron con desesperación las de Hellen, mis dedos se cerraron en un apretón desesperado.

-Armand estaba en Nothin Hill... ya tendría que haber llegado a casa, lo estaba esperando, teníamos que comer juntos, todos... y Harry...- mi vos se perdió en medio de un sollozo contenido.- Harry, no tengo idea donde estará... oh mi dios! oh mi dios!...- fue el mayor esfuerzo que había hecho en mi vida, contener las lagrimas y conservar el poco control sobre mí misma. - Debó saberlo, tengo que saber que están bien.- Y apartando a los paramédicos me intente poner de pie. -No puedo soportar no saberlo, tengo que.

por **Hellen Windsor** Dom Jun 26, 2011 12:36 pm

La presión ejercida en las manos de la joven Windsor por parte de lady York la delataban, dejando de manifiesto que no creía del todo en que sus palabras fueran ciertas, mas bien deseaba que lo fueran para eliminar la posibilidad de que algo pudiera haberle pasado a su hija. Hellen le dirigió una mirada a Edward, el hombre regreso junto con el paramédico y había estado escuchando la conversación, llevaba años trabajando con ella, sabía bien lo que su mirada significaba. Tenía que encontrar a algún miembro de la familia York, quien fuera, pero encontrarlo y llevarlo hasta ellas.

Menos mal que se encontraba atenta por que en el momento en que Elizabeth intento ponerse de pie sus piernas no la soportaron, Hellen la tomo por los hombros evitando su caída. Hizo que tomará asiento de nueva cuenta Tiene que prometerme que mantendrá la calma o voy a tener que pedir que le pongan un calmante hasta que todo eso pase mi lady sentenció firmemente viéndola a los ojos

por **Elizabeth York** Lun Jun 27, 2011 10:34 am

Aún no terminaba de entender cómo había salido del palacio, las nubes de polvo, los escombros por todas partes, la gente gritando afuera y corriendo para huír del lugar, adultos desesperados buscando a sus hijos y niños perididos que eran auxiliados prioritariamente por los paramédicos, la escena perfecta para el juicio final. Se abrazó a sí misma tratando de notar que aún seguía completa, su vestimenta que hasta hace algunas horas era azul se había tornado una masa pegajosa de un gris polvoriento e irregularmente repartidas manchas rojas que hasta ahora afortunadamente no eran de ella. Dio un giro de 360 grados para observar mejor lo que pasaba a su alrededor, no encontraba ni un espacio en el que lo que ella recordaba como "su Londres" se viera igual, la desesperación llegó a su punto máximo y una lagrima amenazó con asomarse, eso no iba a permitirlo, Elizabeth York una de las representantes más dignas de la cámara de los comúnes no lloraba y mucho menos en situaciones de extremo peligro, su deber era ayudar a sus compatriotas y eso haría, se secó los ojos con las manos y se dirigió a un niño rubio a lo mucho de tres años que lloraba desconsolado tirado en el suelo, lo tomó en sus brazos y se dirigió hacia la primer ambulancia que vio.
No había recorrido ni la mitad del camino cuando sintió una vibración en la pierna y se detuvo de golpe, tanteó el área que había sentido vibrar y agradeció mil veces al cielo que el celular lo tuviese pegtado aún, sin soltar el niñó y como pudo sacó el aparato de su pantalón y alcanzó a contestar la llamada sin ver quién le llamaba.
- Elizabeth York.- dijo a modo de saludo y tratando de calmar al pequeño que aún lloraba a mares en sus brazos.

por **Katherine Elizabeth York** Miér Jun 29, 2011 7:58 pm

Ver la seguridad y la calma reflejada en un rostro tan joven, así como la repentina asimilación de que esa otra persona debía estar pasando por la misma o peor situación que la mía, fue precisamente lo que ocupaba para regresar a la realidad y dejar a un lado mis pobres y lastimeros argumentos. No podía ser egoísta, no cuando Hellen Windsor aun no sabía nada de su madre o de su hermano, cuando estaba perdiendo el tiempo intentando ayudar a una mujer mayor educada para ser una dama, para dar su mejor esfuerzo y dar la cara en momentos de adversidad, ser consciente de que la perdida de mi misma en este momento era más una carga que una ayuda, hizo que mis mejillas se incendiaran por que la vergüenza era demasiada.
Tome el rostro de Hellen entre mis manos y le di un beso en la frente, intente no pensar en la desesperación que debía sentir, o el miedo que debía estar experimentando. Aun impresionada y tambaleante logre tomar el control de mi misma.

Como contestando mi mudo ruego, una repiqueteo sonó y con manos temblorosas logre contestar.- Elizabeth.- murmure tomando el celular con todas mis fuerzas. El discado automático de mi celular había logrado el milagro. La entrada me dejo escuchar la voz dulce de mi querida hija. -Estoy bien, no se nada de tu padre, por favor, intenta comunicarte con el, Harry ... aun no se nada de el, pero estamos bien, lo se. -Mis palabras no vasilaron, intente tragar saliva, la linea se perdio

Mire a Hellen, - muéstrame que debo hacer, yo también quiero ayudar.

por **Hellen Windsor** Lun Jul 04, 2011 12:23 am

Era realmente dificil para Hellen dejarse caer en la desesperación cuando lo que ella consideraba un milagro acababa de ocurrir delante de sus ojos, justo en el momento en que creyó que sería inevitable inyectar un calmante a la mujer con el fin de tranquilizarla el sonido del tono de un celular interrumpió la escena, el nombre susurrado con desesperación y agradecimiento hicieron que la joven Windsor sonriera. Dedico tan solo un par de segundos fugaces para pensar en los suyos, se prometió avisar a Peter en cuanto tuviera un momento de que se encontraba bien y para rogarle encarecidamente que no regresará a Londres hasta estar seguros de que el peligro paso por completo. Su madre tenía que encontrarse bien, casi no salía de su casa después de todo. La voz de lady York la interrumpió de sus cavilaciones, lo agradeció

Me alegra que tenga noticias de Elizabeth, mi lady. No se si sea una buena idea que ayude, quizá por al menos una hora debería descansar se dio cuenta de que la determinación se leía en las pupilas de la mujer, sin duda alguna jamás haría caso a la recomendación de descansar Aunque si insiste podría ayudar elaborando una lista de las personas que se encuentran en las carpas de afuera para poder llevar un control de heridos así como de sus necesidades se permitió un ligero e imperceptible suspiro Me temo que hasta ahora los paramedicos hacen lo mejor que pueden pero requerimos saber que nos hace falta para conseguirlo. Si gusta seguirme la guiaré afuera

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Perdonen el retraso, la escuela.

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