Preparándome para mi siguiente objetivo... [libre]

Salía de mi humilde morada para comprar algunos artículos necesarios, no era muy común que saliera al publico para tener contacto con las personas, pero de ser necesario salía, muchas de las cosas que necesitaba para objetivos específicos tenia que adquirirlas yo mismo, por que las personas que podían entrar en mi casa simplemente era servidumbre que trabajaba un par de horas y que no entraba jamás a mi habitación personal ni a mi "Sala de preparación", sin embargo pagaba muy bien sus servicios y su silencio a cerca de la distribución de mi mansión.

Por mi posición y la cantidad de enemigos que había ganado con los años no acostumbraba comprar en los mismos lugares ni hacer rutinas prefabricadas, por que corría el riesgo de alguna emboscada o un ataque directo hacia mi, así que me detuve en una ferretería que abría recientemente. Aparqué mi auto en el estacionamiento y entre a la tienda, no fue tan difícil encontrar lo que necesitaba, pero una persona que me parecía familiar se acercó -Buenas tardes...- dije con la sequedad que me caracterizaba, pero poniendo un atisbo de amabilidad que lograba que mi semblante cambiara, esperaba que contestara, de cualquier modo, a primera vista era alguien digno de reclutar.

Descendió del elevador acomodándose la chaqueta de Tweed Harris color marrón con las líneas rojas marcando los cuadros, debajo tenía una camisa azul eléctrico perteneciente a su gama de colores favoritos. Lo primero que había hecho al abrirse las puertas del elevador fue acomodarse el cuello de la camisa, saco del bolsillo los lentes Ray Ban oscuros y salió del lobby del hotel. Un Viernes por la mañana mas en la vida de Samui Al Khalifa, saliendo del cuarto de hotel en que termino la noche mucho antes de que su acompañante lo hiciera, casi había valido la pena esa vez pero como siempre nada era suficiente para el heredero de Al Khalifa, se aburrio demasiado pronto y hubo de buscar otra forma de terminar de pasar la noche.

La limusina como siempre esperaba aparcada en la entrada del hotel, ni una palabra salio de la boca del joven al subir a ella, los sirvientes eran invisibles ante sus ojos, no tenía por que gastar esfuerzo en seres inferiores que no proveían ningún beneficio para su persona. Un mero capricho apareció en la mente de Samui, se había occidentalizado al punto de usar su dinero como quería, cuando quería, sin reparar gastos o precios y sin que fuera algo necesario. Ordeno al chófer ir a la Ferretería mas cercana ya que de la nada la moldura de su chimenea se le antojo como algo que debía cambiar.

Descendió de la limusina como si se tratara de una celebridad, caminar erguido, mirando al frente sin que nadie mas mereciera entrar en su campo de visión, las manos en los bolsillos delanteros del pantalón blanco. Justo al llegar a un estante que llamo su atención escucho una voz entrando en el campo de presencia que abarcaba. Volteó a ver sin casi interés, examino detrás de los cristales de los lentes la figura. -Buenas tardes contra todo pronóstico contesto al saludo, incluso se quedo mirando por un par de segundos mas el rostro del hombre, una de sus manos salió del bolsillo del pantalón para tomar un artículo del estante -¿Los venden por cajas? la pregunta fue para el hombre que saludará segundos atrás, Samui pensaba que era un empleado, no tenía por que saludarle sino a su entender.

Reí al escuchar la altanería del joven que parecía buen prospecto -No lo se... debes preguntarle a alguien que trabaje aquí, niño- dije quitando la amabilidad en mi voz, mostrandole que no significaba la mínima autoridad para mi -Comenzabas bien... primer strike- dije y le di una palmada en el hombro, siendo francos no había un solo recluta que no tuviera errores en su primer encuentro conmigo, así que me limité a continuar con mis compras. No sabía si me seguiría, pero esperaba que lo hiciera por que, si había logrado darle ese atisbo de curiosidad por algo nuevo que el mismo Amón me había implantado al encontrarme, no tardaría mucho en que el me buscara.

La expresión de Samui se recrudeció, el gesto medianamente flemático que mantenía hasta entonces dio paso a una dureza en sus facciones que no se encontraba presente antes. No era la risa por su confusión lo que le enfadaba, no tanto eso de todas formas, era esa forma de dirigirse a él. No era ningún niño y lo había dejado de ser hace mucho. Cuando el hombre se alejo tras las palabras que no figuraban en el contexto de la plática Samui se alizó la tela del hombro de la chaqueta con gesto de molestia por haber sido tocado por un total extraño, aventó el paquete de nuevo en el estante.

Camino para acercarse al hombre y le toco el hombro al estar justo detrás de él, cuando este volteó Samui se deshizo de los lentes de sol manteníendolos sostenidos de la mano izquierda, dirigió una mirada dura e inescrutable -¿Quién te crees que eres? algo en la presencia del hombre intrigaba al heredero de los Al Khalifa, contra su voluntad se encontraba admitiéndolo, de no ser por eso no se hubiera molestado en seguirle los pasos

Cuando el chico tomó mi hombro volteé y noté como se quitaba sus gafas y luego preguntaba -No creo ser... soy Franco Carpazzo- era muy probable que el pobre muchacho no supiera mi nombre -Pero tu llámame Sargento...- concluí, mi apodo era conocido por todo Europa, sobretodo por los mafiosos y multimillonarios. El chico se había salvado de strike 2, así que me limité a pasar un brazo por mis hombros y jalarlo hacía mi, sus expresiones duras no servían en mi -Si no me equivoco eres Samui, cierto, muchacho?- dije, ahora lo recordaba, el sería el recluta siguiente de quien buscaba antecedentes para hacerle un archivo.

En cuanto el nombre del extraño fue revelado Samui entendió por que su presencia provocaba aquella curiosidad. El heredero de los Al Khalifa podía ser díscolo, rebelde, estar influido mas por la cultura inglesa que por la natal pero nunca estar desinformado por lo que sabía bien quién era, no necesitaba escuchar el nombre con el que era conocido en el bajo mundo para ello –Vaya, vaya, el Jefe de la Mafia Italiana en persona, bastante lejos de casa la burla era ligera y apenas perceptible en la voz de Samui, podía ser la misma Reina de Inglaterra, ¿y qué?

-Sé quién soy, no debes decírmelo dio un paso hacia un lado para evitar que lo siguiera sujetando por los hombros, el contacto físico no le gustaba, solo cuando era necesario y sobre todo para su satisfacción lo permitía. Coloco ambas manos de nuevo en los bolsillos delanteros del pantalón después de haberse enganchado los lentes de sol en el cuello de la camisa -¿Qué es lo que un Capofamiglia en este lugar?

Sonreí de manera cínica cuando se refirió a la lejos que estaba de mi tierra natal -Si, muy lejos, niño- cuando se soltó del agarre me limite a sonreír mas ampliamente -Así que al niño le gusta tocar, pero no ser tocado...- para mi no había limites, podría ser el mismo jefe del crimen, pero mi carácter jamás de doblegaría.

Cuando pregunto que hacía ahí reí entre dientes -No te importa que hago aquí, mocoso, lo que debe importarte es no entrometerte en mi camino, por que aun siendo hijo de alguien poderoso no me importara eliminarte, golpeador de mujeres... deberías intentar ir con alguien de tu tamaño- reí burlándome, su pequeño ego de hijo de un pez gordo no me importaba en lo mas mínimo -Strike dos, niño, si sigues así perderás algo que podrá interesarte mucho- me reí de nuevo y le di un golpe suave en el pecho, bueno, para mi era suave, quizá para él era un tanto mas... doloroso.